miércoles, 30 de marzo de 2011

Capitulo Uno Retocado

Estefanía una niña de 15 años estaba harta de todo lo que pasaba a su alrededor, pensaba en suicidarse  pero le faltaba valor para hacer semejante cosa.
Sara, su madre, que alguna vez la había visto intentándolo decidió llevarla a un psicólogo para ayudarla.
La joven no quería que nadie la ayudase y menos de un medico mental porque sabía que si llegaban a enterarse sus compañeros de clase estaba crucificada.
Finalmente Sara logro convencerla y al día siguiente la llevo a uno de los mejores psicólogos de la ciudad. La familia no se podía permitir muchas sesiones, ya que no disponían de una situación económica lo suficientemente buena.
Eran las 10 de la mañana, la niña nerviosa por el encuentro con el doctor le insistía a su madre que no quería ir, que la llevase a clase, pero ella se negó. Entonces el doctor abrió la puerta:
-Estefanía Prados. Dijo él.
-Si… soy yo. Contestó tímidamente y en voz baja.
-Pasa por favor.
Se levantó inquieta observando la puerta de salida, por un instante pensó en huir, pero su madre con un leve gesto la invito a que entrara en la consulta, se dirigió hacia la puerta cabizbaja y asustada, con pasos lentos e inseguros.
Una vez dentro tomo asiento y tímidamente levanto la mirada observando todo lo que había a su alrededor.
La primera impresión del doctor fue negativa ya que se había dado cuenta de que Estefanía  era tímida e insegura, por lo que sabía que le costaría tratarla debido a sus gestos y su forma de estar.
El doctor comenzó a hacerle varias preguntas, ella no quería colaborar, permanecía callada e inmóvil en el asiento de la consulta.
Entonces el psicólogo le dijo que le contara su vida para poder ayudarla porque, sino, le estaba haciendo perder el dinero a su madre, aunque lo que no sabía el doctor Ruiz es lo que Estefanía estaba a punto contarle.
Ella intentó contarle todo lo que le estaba sucediendo, sus dificultades empezaron con los 14 años recién cumplidos.
Todo comenzó en el colegio, sus compañeros de clase la marginaban, la insultaban, le pegaban, le hacían cosas realmente asquerosas pero no solo fue eso, por desgracia su padre había fallecido hace apenas un año debido a una enfermedad contra la que lucho durante varios años y al final término venciéndolo.
Estefanía tenía una excelente relación con su padre, se llevaban fantásticamente, ella confiaba mucho en él y le contaba todo lo que le sucedía.
Ese día para Estefanía fue horrible, era lo peor que le podía haber pasado, se le había ido su mejor amigo, su padre, su confidente…. pasaban los días pero no conseguía reaccionar, estaba en estado de shock lo que no le permitía demostrar sus sentimientos.
Su familia no entendía esa reacción por parte de ella, pero, lógicamente, estaba sufriendo demasiado por dentro.

Con voz temblorosa y finas lagrimas recorriendo sus mejillas continuo a duras penas.

Cada noche sentía llorar a su madre desde la cama durante varias horas ya que le costaba mucho conciliar el sueño, sabía que todo cambiaria a partir de ahora.

Como cada mañana, Estefanía se levantó para ir al colegio, se dio una ducha, se peinó, tomo un vaso de leche y se colocó la mochila para ir a clase.
Era la primera vez que asistía después de lo ocurrido, entró por la puerta y la gente se quedó mirándola, ella pasó de largo ignorando a todo el mundo, un profesor se acercó a ella y le habló:
-Buenos días, Estefanía. -dijo el profesor Martín
-Buenos días. - contestó ella.
-Quería decirte que lo siento mucho. -exclamo él.
-¿El qué siente mucho profesor? - dijo ella mirando al suelo.
-Bueno, tu sabes a lo que... - se calló porque se había dado cuenta de que no debía haber dicho nada.
-Dígalo profesor, dígalo, ¿o prefiere que lo diga yo por usted? - gritó ella con los ojos encharcados en lágrimas.
El profesor se quedó inmóvil, sin saber que contestar ni que hacer, porque sabía que no debía haber dicho nada.
-Bien, profesor, si no lo dice usted lo digo yo -dijo gritando mientras sus lágrimas expresaban la fuera que sienta en ese momento- quería decir que siente que mi padre haya fallecido, usted piensa que no lo siento, pero, ¿A que no sabe que en este colegio mis compañeros de clase y los que deberían ser mis amigos me hacen la vida imposible? dígame profesor, ¿A que usted no sabe que mis compañeros me marginan, me humillan, me insultan, me maltratan?, dígame profesor, ¿Usted sabe que uno de ellos se encierro conmigo en el armario de clase y mientras los demás vigilan que no viniese nadie para interrumpir, sabe las cosas que me hacia allí encerrados?
Después de un silencio sepulcral y mientras todo el mundo observaba la escena, sin poder aguantar más salió corriendo del colegio dirigiéndose hacia un descampado solitario, donde le gustaba estar muchas tardes ya que  apenas pasaba gente.
Estuvo durante varias horas, llorando y maldiciendo el día que su padre había fallecido.
Miraba al cielo con una expresión de dolor y pena, de pronto grito con toda su rabia que tenía acumulada ya que nadie podía oírla:
-Papá, ¿Por qué te tuviste que ir?, ¿Por qué me has abandonado? ¿Qué va a ser de mí sin ti?

2 comentarios:

  1. Me gusta mucho el primer capítulo, espero el segundo con muchas ganas

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  2. Es excelente, me encantó al igual que la primera vez que lo leí, eres un artista ;)

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